Ese banco...

Cierra los ojos, respira, abrelos y vuelve a respirar. Piensa, recuerda, vuelve a cerrar los ojos, respirar, recuerda, abrelos, ¿no sientes esa sensación? yo, sí. Y tu también.
¿No te sale una sonrisa? a mi, sí. Y se que a ti también.
Cierro los ojos, sonrío, pienso, y una lágrima salada cae lentamente y llega a parar hacia mi boca, la saboreo, salada, amarga como mi vida sin ti.
Cierro los ojos, y recuerdo aquellos días, esas tardes, ese banco.

Ya solo quedan recuerdos...

Me pongo ha pensar en todo lo que nos ha pasado, recuerdo cada momento a tu lado, cada risa, cada beso, recuerdo todo y me sale una sonrisa tonta y sin darme cuenta, una lágrima resbala por mi mejilla hasta llegar a mi boca, y saboreo el sabor salado de una vida sin ti. Quiero pensar, que algún día esto pase de una vez, y volvamos a ser como antes, pero esta vez sin miedos, sin barreras, sin un muro gigante que impida nuestra felicidad. Quien nos diría a nosotros, que en ese parque nos sentiríamos también, felices el uno al otro, abrazados, apoyando mi cabeza sobre su hombro, sin soltarte de la mano por miedo a que sea un sueño y me despierte sin ti a mi lado. Ya solo quedan recuerdos, de este amor, pero estoy dentro de lo que cabe tranquila, porque tengo la confianza de que dentro de poco vamos a estar de nuevo felices, el uno con el otro.